Estados Unidos : Comunidades Pesqueras
Puertos en movimiento
Algunas regiones de los Estados Unidos se movilizan por mantener operativos los puertos y proteger las comunidades que viven de la pesca
La autora de este artículo es Rachel Donkersloot (rachel@akmarine.org), directora de programas pesqueros del Consejo de Conservación Marina de Alaska, Anchorage, Alaska, EE.UU.
No importa en qué mar nos encontremos: cualquier narración contemporánea sobre el destino y el futuro de la pesca artesanal culmina en un enredo de presiones que cambian sin cesar y un optimismo que no cesa. Este era el sentimiento palpable en un reciente encuentro patrocinado por el Consejo de Conservación Marina de Alaska (AMCC), en Kodiak, Alaska, Estados Unidos (EE.UU). Nuestro principal objetivo al organizar el foro, bajo el lema “Innovaciones para mantener operativos los puertos en las comunidades pesqueras de la nación” consistía en congregar a representantes de comunidades pesqueras de todo el país a fin de intercambiar ideas e impresiones sobre los desafíos encontrados, las estrategias imaginadas y los logros alcanzados en el fomento de oportunidades viables de pesca comunitaria y la protección duradera de la salud y vitalidad de los medios de subsistencia y las comunidades que dependen del sector.
Desde la abundancia de los recursos hasta los derechos de acceso, pasando por la rentabilidad, los peligros que se ciernen sobre la pesca artesanal y las comunidades que dependen de este sector son tremendos e innumerables y están enredados en complejas estructuras políticas y de poder. En cierta medida, los efectos acumulados de dichas presiones hacen de la esperanza un recurso crucial para nuestras comunidades pesqueras.
Uno de los conferenciantes invitados, Robin Alden, director ejecutivo del Centro de Recursos de Penobscot East (PERC en sus siglas en inglés) en Stonington, Maine, describe la esperanza como un factor “esencial para contrarrestar la desesperación y la apatía” entre los 3.000 pescadores a los que el PERC asiste desde su fundación en 2003. En último término, es la esperanza, asociada a iniciativas estratégicas y a las indispensables habilidades y herramientas, la que sostiene y enciende las acciones políticas comunitarias necesarias para asegurar la supervivencia futura de las cincuenta comunidades pesqueras de Maine oriental.
Los desafíos que encaran las comunidades pesqueras en este frente están bien documentados. En este artículo me gustaría desviar ligeramente el enfoque sobre los problemas actuales, para centrarme en los esfuerzos, oportunidades y experiencias de unas cuantas organizaciones a la vanguardia de la creación de estrategias innovadoras para mantener nuestros puertos en movimiento.
Después del hundimiento de las poblaciones demersales, hace unos veinte años, la pesca en el Maine oriental está actualmente dominada por el bogavante. Las capturas totales alcanzaron el pasado año los 104 millones de libras (47.000 toneladas). El promedio a largo plazo es de 20 millones de libras (9.000 toneladas). Según Robin, “nos sostenemos en una burbuja de bogavante en abundancia que no va a durar y que enmascara nuestros problemas”.
Recuperar el acceso
Esforzarse por recuperar el acceso perdido por el hundimiento de las especies demersales es una de las maneras en que el PERC responde a un problema que todavía no se ha materializado plenamente. El Proyecto de Nuevos Participantes del PERC es una iniciativa diseñada para devolver a los pescadores de Maine oriental los permisos que perdieron por su mal historial de capturas después del derrumbe. En otras palabras, cuando se repartieron los derechos, las poblaciones llevaban colapsadas tanto tiempo que ya no tenían derecho alguno.
“Tenemos 3.000 pescadores y ningún permiso en activo”, insiste Robin. “No llegan a veinte en total. De manera que iniciamos un banco de permisos, no solo para comprar cuotas para los pescadores actuales, sino también para asegurarnos de tenerlos antes de que desaparezcan”.
El PERC pretende adquirir a bajo precio permisos para especies demersales que no tengan derechos asociados, y encontrar la forma jurídica que permita pactar su permanencia en las comunidades. Con este propósito, el PERC ayuda a los pescadores jóvenes a planificar su negocio, explicándoles que pueden permitirse comprar un permiso barato y mantenerlo algún tiempo a la espera de que las poblaciones se recuperen. “Y aquí el principal problema”, dice Robin, “es la esperanza. Muchos piensan que no vale la pena siquiera intentarlo. ¿Para qué, si hoy les va de maravilla con el bogavante? Así que intentamos contrarrestar esa forma de pensar y les decimos que si queremos tener una comunidad, eso es lo que hay que hacer”.
En el extremo opuesto del país, unos treinta pequeños patrones-armadores operan desde el litoral urbano de San Francisco, cerca del emblemático Fisherman´s Wharf. Entre ellos se encuentra Barbara Emley, directora general de la Asociación de Pesca Comunitaria de San Francisco (SFCFA), que pesca salmón con curricán junto a su marido Larry desde los años ochenta.
La SFCFA, fundada en 2010, fue la primera Asociación de Pesca Comunitaria (APC) de la costa oeste de los EE.UU. Como explica Barbara, “Formamos nuestra APC para hacernos oír con mayor fuerza en el Consejo de Ordenación Pesquera del Pacífico, cuando proponían la implantación de las participaciones de captura en las pesquerías demersales de la costa oeste”. Incapaces de impedir su establecimiento, los miembros de la SFCFA orientaron entonces sus esfuerzos hacia una integración vertical similar a la de otros transformadores de la región. El fruto de estos esfuerzos iniciales fue la concesión de unos terrenos en el centro de Fisherman´s Wharf para construir un local de venta al por menor.
Apoyados por la organización Ecotrust y por dirigentes de la comunidad de Fisherman´s Wharf, la SFCFA consiguió la ayuda desinteresada de un equipo de abogados y una subvención para elaborar un plan de negocios y un diseño arquitectónico (Ecotrust se prestó igualmente a actuar de “patrocinador fiscal”, una especie de intermediario necesario para la tramitación de una subvención de 250.000 dólares destinado a puertos urbanos del estado de California).
La SFCFA cuenta actualmente con un local que es propiedad de los pescadores y prepara la primera fase de un plan para conseguir otro para la venta al por mayor en el muelle 45. En palabras de Barbara, “hemos terminado el primer año con beneficios. Tenemos once miembros y creo que pronto habrá más. Tenemos una grúa, carretillas elevadoras y congeladores para conservar el cebo. Aunque no hubiéramos podido repartir beneficios a los socios el primer año, por lo menos los pescadores se sienten más independientes”.
La visión de futuro y la innovación en el sector pesquero suelen venir arropadas en procesos de largo alcance y de arranque lento. La SFCFA sigue trabajando con miras a abrir una pescadería al por menor en el muelle. Mientras tanto, Barbara enumera los factores fundamentales hasta ahora para el éxito de la organización. En su opinión, el apoyo de la comunidad y de Ecotrust a la SFCFA ha sido crucial.
“Como también lo fue que mi marido fuese capaz de vender su visión de futuro”, añade. “Otro factor ha sido los trámites administrativos: absolutamente cruciales. Primero, el plan de negocios. Si no lo tienes, nadie te toma en serio. Segundo, la asistencia jurídica. Nuestros abogados nos asesoraron en todos los trámites de constitución de la entidad, y nos ayudaron a entender el tipo de entidad empresarial que necesitábamos y a elaborar el reglamento interno”.
Darius Kasprzak es un activo pescador artesanal que creció en el extremo sur de la isla de Kodiak, en un remoto paraje. Desde hace seis años Darius representa la pesca con poteras, como presidente de la Asociación de Poteras de Alaska (AJA). En todo este tiempo, los pescadores de poteras de Kodiak han colaborado con el Consejo de Conservación Marina de Alaska (AMCC) para asegurar la equidad del acceso e incrementar los beneficios económicos, sociales y ambientales de este sector.
Las pesquerías demersales del golfo de Alaska se gobiernan cada vez más por regímenes de participaciones de captura de varios tipos. El bacalao del Pacífico es la única especie capturada por todas las flotas (arrastre, nasas, palangre y poteras) y últimamente su gestión ha sufrido importantes cambios a fin de limitar el acceso al recurso.
En 2009 la administración federal de pesca redujo el número de licencias. El segmento de flota que perdió más oportunidades de pesca fue el de los pesqueros con menos de 50 pies de eslora (unos 15 metros). Se repartió el total admisible de capturas (TAC) anual entre todas las flotas, creándose un programa de participaciones de captura para cada categoría. Estas medidas crearon nuevas barreras a la entrada en la pesquería por aumentar el valor de las licencias y consecuentemente, los costes para los futuros participantes.
Según explica Darius, “nos oponemos a la separación por categorías, porque creemos que las pesquerías con mayor responsabilidad ecológica y con más contratación de personal deben tener la posibilidad de competir con los demás segmentos de flota, pero no hemos logrado evitar la división en sectores”.
Lo que sí han logrado, en cambio, es algo que, según Darius, “mejora la economía y el estado de ánimo de nuestras comunidades pesqueras”, y es que durante estos años de sólida representación del sector, los pescadores que usan poteras de Kodiak, en colaboración con el AMCC, han implantado medidas de regulación que dieron a la flota de poteras una oportunidad de entrada equitativa dentro de dos grandes programas de participaciones de captura, los de bacalao del Pacífico y perro del Norte.
La administración federal de pesca otorgó a la flota de poteras cuotas sectoriales que representan el 6% del TAC de bacalao y el 2,5% del TAC pelágico de perro del Norte. Las asignaciones iniciales eran de tan solo 1%, pero se incluyó una cláusula de aumento gradual de un 1% anual hasta alcanzar el 6%.
Esta cuota permite un crecimiento paulatino que excede con mucho el historial de captura de la flota de poteras, aunque los pescadores deben demostrar que necesitan la totalidad de la cuota: deben aumentar la captura progresivamente hasta agotar la cuota, si no lo consiguen será devuelta a los demás sectores de flota.
Nuevo programa
“Este es el primer año del nuevo programa”, señala Darius, “y no hemos tenido problema alguno con la cuota asignada, seguramente seguiremos aumentando”.
A guisa de conclusión, Darius comenta que “mi esperanza para el futuro es esta: por mucho que se regulen, repartan, segmenten o privaticen las pesquerías en el mundo, siempre debe reservarse una porción para satisfacer las necesidades de una pesquería tradicional que opera con prácticas respetuosas con el medioambiente y que da empleo a muchos miembros de las comunidades locales”.
Continúa diciendo, “la Asociación espera sinceramente que este ejemplo de una pesquería de bajo impacto, que recibe del Consejo de Ordenación Pesquera del Pacífico Norte una cuota reservada con posibilidad de crecimiento gradual, sea reconocido y discutido por las autoridades de pesca del mundo entero”.
Aunque los logros de la AJA hasta ahora son de orden político, al tratarse de esfuerzos por mantener el acceso a los recursos, realmente la entidad tiene la estructura de una asociación de comercialización. Como de momento el trabajo político sobre el acceso de la flota de poteras al golfo de Alaska empieza a remitir, la asociación, en colaboración con el AMCC, trabaja ahora para incrementar aún más el valor del producto y crear más oportunidades de base comunitaria para la flota de poteras de Kodiak.
El AMCC recibió recientemente una de las 18 subvenciones ofertadas por el Fondo de Innovación de la Pesca de la Fundación Nacional para la Pesca y la Naturaleza. Gracias a ella el AMCC va a cooperar con pescadores locales de poteras a fin de transformar esta pesquería en una empresa de alto valor perfeccionando las prácticas de manipulación del pescado, aportando mayor valor añadido, comercializando directamente el producto y consiguiendo su apreciación en los mercados, a fin de mejorar los resultados de conservación y los beneficios sociales que aporta el comprar la captura de los pescadores de pequeña escala comunitarios.
En todo el país los pescadores y las comunidades pesqueras locales se enfrentan a muchos desafíos comunes. Podemos enfrentarnos mejor a ellos si cooperamos. Las organizaciones mencionadas en este artículo (PERC, SFCFA y AMCC) son miembros de la recientemente creada Red de Pesquerías Comunitarias (CFN).
Mi esperanza es que este breve relato del buen trabajo en curso en el seno de algunas de nuestras comunidades pesqueras sea una ilustración de que el espíritu de liderazgo, la participación y el ingenio a nivel local resultan ingredientes fundamentales para esbozar un horizonte prometedor para nuestras comunidades pesqueras. La esperanza que abrigamos para el futuro no debe ser una venda que nos haga subestimar los graves obstáculos que debemos vencer para conseguir un futuro viable para la pesca artesanal. La esperanza debe ser más bien el trampolín para la acción.
Más información
www.akmarine.org/
Consejo de Conservación Marina de Alaska
www.communityfisheries.org
Red de Pesquerías Comunitarias
kodiakjiggers.blogspot.in
Asociación de Poteras de Alaska