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SAMUDRA Report

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0974–0007
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septiembre
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2020
Samudra Revista Núm. 83, Septiembre 2020
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Malaui / COMERCIO
Heroínas anónimas
En la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) el pescado no es solo un alimento sino también un producto comercial importante y poco reconocido
La autora de este artículo es Chikondi Manyungwa-Pasani (cpasani@gmail.com), Departamento de Pesca de Lilongüe, Malaui
El pescado y los productos derivados del pescado constituyen una fuente primordial de proteínas y nutrientes esenciales para la dieta humana. Los ríos y los mares brindan numerosas especies de peces y de otros animales acuáticos a la población de todos los países de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC por sus siglas en inglés), haciendo una importante contribución a la nutrición y la seguridad alimentaria de la población en esta zona.
Uno de los principales desafíos para la seguridad alimentaria y nutritiva es el incesante crecimiento demográfico, especialmente en los países en desarrollo, y el consecuente aumento en la demanda de unos recursos alimentarios ya sobreexplotados. Se espera que la población mundial todavía crezca en 2.000 millones de personas, hasta alcanzar 9.600 millones en 2050, según consta en el Informe de 2015 sobre el estado de la inseguridad alimentaria en el mundo de la Organización de las Naciones Unidas...
Malaui / COMERCIO
Heroínas anónimas
En la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) el pescado no es solo un alimento sino también un producto comercial importante y poco reconocido
La autora de este artículo es Chikondi Manyungwa-Pasani (cpasani@gmail.com), Departamento de Pesca de Lilongüe, Malaui
El pescado y los productos derivados del pescado constituyen una fuente primordial de proteínas y nutrientes esenciales para la dieta humana. Los ríos y los mares brindan numerosas especies de peces y de otros animales acuáticos a la población de todos los países de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC por sus siglas en inglés), haciendo una importante contribución a la nutrición y la seguridad alimentaria de la población en esta zona.
Uno de los principales desafíos para la seguridad alimentaria y nutritiva es el incesante crecimiento demográfico, especialmente en los países en desarrollo, y el consecuente aumento en la demanda de unos recursos alimentarios ya sobreexplotados. Se espera que la población mundial todavía crezca en 2.000 millones de personas, hasta alcanzar 9.600 millones en 2050, según consta en el Informe de 2015 sobre el estado de la inseguridad alimentaria en el mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Está previsto que más de la mitad de este crecimiento demográfico tendrá lugar en África. Se calcula que entre 2015 y 2050 la población de 28 países africanos se duplicará con creces.
Los mismos cálculos indican que para 2100 cinco países de la SADC habrán multiplicado su población por cinco: Angola, la República Democrática del Congo (RDC), Malaui, la República Unida de Tanzania, y Zambia. Se ha previsto que entre 2015 y 2000 la mitad del crecimiento demográfico mundial se concentre en nueve países, de los cuales dos, la RDC y Tanzania, pertenecen a la región.
La importancia de la pesca y la seguridad alimentaria y nutritiva de la región no está bien documentada por razones diversas, como la dificultad de recabar información y datos fiables y apropiados.
El papel del pescado en la seguridad alimentaria se determina analizándolo en una situación en la que todas las familias tienen acceso físico y económico a cantidades suficientes de pescado para todos sus miembros, y en la que no existe riesgo de perder dicho acceso. Las poblaciones rurales, por ejemplo las comunidades de la pesca y la acuicultura, son las que presentan mayor riesgo de caer en la inseguridad alimentaria.
La cadena de valor de la pesca artesanal suele estar condicionada por circunstancias locales. Los barcos de pesca forman el primer eslabón de la cadena, seguidos de la transformación primaria y secundaria realizada en tierra firme, en instalaciones de las que el producto final se entrega directamente a comerciantes mayoristas o minoristas. Las mujeres participan sobre todo en las actividades posteriores a la cosecha, como asalariadas en las plantas de transformación o por cuenta propia, con procesos informales de transformación (ahumado o salazón). Las mujeres ocupan un papel destacado en el comercio de pescado en países como Angola y Mozambique, y es bien sabido que algunas mujeres también salen a faenar o a marisquear para autoconsumo o para ganarse la vida.
La pesca artesanal contribuye a la seguridad alimentaria de cinco maneras: (i) contribuciones directas e (ii) indirectas a la seguridad alimentaria familiar; contribuciones directas (iii) e indirectas (iv) a los mercados locales y nacionales, y (v) contribuciones a la seguridad alimentaria internacional o mundial.
Exportación-importación
En promedio, el sector pesquero contribuye en un 2% al producto interior bruto de la región SADC, con exportaciones por valor de 152 millones de dólares e importaciones por 100 millones. La pesca da trabajo a unas 145.000 personas, con más de un millón de beneficiarios indirectos. El consumo per cápita de pescado en la región asciende a once kilos anuales, que aportan un 16% de la ingesta de proteína animal y un 5% de la ingesta total de proteínas. Estos datos revelan la importancia de la contribución de la pesca a la nutrición y la seguridad alimentaria de la región.
El pescado es una fuente de proteínas de especial importancia en varios países africanos, especialmente para las capas más pobres de la población, y consecuentemente ocupa un destacado papel a la hora de mejorar la nutrición y la seguridad alimentaria del continente africano. En pequeños estados insulares en desarrollo, como Seychelles y Mauricio, el consumo de pescado per cápita se encuentra entre los mayores del mundo. Aunque el ser humano no puede vivir solo de pescado, pequeñas cantidades de este producto en la dieta humana marcan una notable diferencia para la salud, ya sea en el desarrollo del cerebro, los huesos y los músculos, ya en la prevención de la ceguera, los infartos o el cáncer, o para mitigar los estragos del VIH/SIDA. Es un alimento muy nutritivo, rico en micronutrientes esenciales, minerales, ácidos grasos esenciales y proteínas, y constituye un suplemento excelente para dietas a base de cereales, que presentan carencias nutricionales.
Según el Centro de Coordinación de la Investigación y el Desarrollo Agrícola de África Austral (CCARDESA por sus siglas inglesas), el pescado puede mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición de la región SADC. Por ejemplo, el consumo regular de especies de talla pequeña presentes en la región resulta vital en la provisión de micronutrientes, sobre todo cuando el pescado se consume entero, incluidas las espinas, las cabezas y los órganos internos donde se concentran los micronutrientes. Entre las especies consumidas aparecen el arenque (Clupea harengus), dagaa (Rastrineobola argentea), kapenta (Limnothrissa miodon), matemba (Barbus paludinosus), sardina (Sardina pilchardus), usipa (Engraulicypris) y utaka (Copadichromis). Así que conviene dedicar más atención al pescado en las políticas alimentarias, por su importancia en la cesta de alimentos, sus extraordinarias propiedades nutricionales y porque su producción es más eficiente y produce menor huella de carbono, comparada con otras modalidades de producción animal.
Existe un vínculo estrecho entre seguridad alimentaria, buena nutrición y género. El acceso general de los ciudadanos al alimento depende en gran medida de en el trabajo de las mujeres rurales. La economía de los países SADC se basa en la agricultura, que desempeña un papel destacado en el desarrollo socioeconómico. En la región de África austral, la mujer es responsable de más del 60% de la producción alimentaria total y representa la mayor parte de la mano de obra en el sector agrícola, en el cual se incluye también la pesca. En algunos estados miembros del SADC, la mano de obra femenina en la agricultura supera el 70% del total.
El comercio de pescado dentro de la región es un factor importante para el desarrollo económico de los países SADC. Las mujeres de la pesca artesanal tienen una función esencial y aportan mucho al comercio regional. Son las protagonistas del mercado informal. Se calcula que el 70% de los operadores del mercado transfronterizo informal en la región SADC son mujeres, cuando este mercado representa el 30 o 40% del comercio dentro de la región SADC. Existen datos sobre empleo en el sector pesquero para algunos países de la región SADC, aunque el desglose por sexos solo está disponible para dos eslabones de la cadena de valor, concretamente los pescadores y los transformadores.
Mujeres invisibles
A pesar de su importante función en la pesca y las comunidades pesqueras, la contribución femenina suele ser invisible o se contempla como una extensión del trabajo doméstico, de manera que la mujer queda excluida del discurso en torno a la pesca. Un estudio reciente indicaba que la mujer ocupa un lugar destacado en las cadenas de valor de la pesca en pequeña escala y que su participación presenta resultados diferenciados a nivel individual, familiar y comunitario. Además, esa participación redunda en beneficio de las propias mujeres. Las relaciones intrafamiliares mejoran cuando la mujer interviene en actividades de la cadena de valor. El estudio indica que el trabajo femenino cambia los roles y las relaciones de género cuando se toman decisiones en la esfera doméstica, incluidas las decisiones estratégicas relativas a la provisión de alimentos y la nutrición. Gracias a su participación en las actividades de la cadena de valor, la mujer tiene un papel destacado en la familia, aportando ingresos que revierten en la alimentación y la nutrición de sus miembros.
Las organizaciones prestan cada vez más atención a las doctrinas de género, que defienden los intereses de la mujer en varios ámbitos. En el sector de la pesca artesanal, los mecanismos para la coordinación y la organización de la mujer incluyen la creación de asociaciones de vendedoras y transformadoras de pescado. Estas asociaciones sirven para participar en el diálogo político. Brindan plataformas para establecer alianzas y contactos comerciales, así como para intercambiar conocimientos importantes sobre técnicas de transformación, manejo y envasado del pescado. Fomentan una cultura de iniciativa empresarial entre las mujeres. La secretaría de la SADC colabora con la oficina regional de WorldFish en África austral, con sede en Zambia, en un proyecto titulado “Mejora de la seguridad alimentaria y reducción de la pobreza mediante el comercio de pescado intrarregional” (Proyecto Comercio Pesquero). El proyecto, ejecutado entre 2013 y 2017, permitió el desarrollo de once estándares armonizados de calidad del pescado para la región. Estas normas de calidad están cultivando el desarrollo de capacidades comerciales en las asociaciones del sector privado, especialmente las de mujeres vendedoras y transformadoras de pescado, y así pueden sacar mayor partido a las oportunidades comerciales a través de empresas competitivas de pequeña y media escala.
Superar escollos
Las beneficiarias de esta intervención fueron varias asociaciones y redes dirigidas por mujeres de la pesca artesanal. Algunas proceden de la región SADC, como la Asociación de Mujeres Transformadoras de Pescado de Kafue y Lotuno Enterprises Ltd., de Zambia. El proyecto entregó a los grupos instalaciones de almacenamiento que permiten prolongar la vida útil de los productos de la pesca, amén de impartir formaciones para desarrollar estrategias que les permitan superar los escollos del negocio y adoptar técnicas de manejo higiénico del producto. Las normas, especialmente de preparación de salchichas y croquetas de pescado, ayudaron a la asociación de transformadoras a mejorar el tratamiento del producto y negociar mercados fuera del país.
Los expertos de los debates sobre la pesca suelen concentrarse principalmente en cuestiones sobre la sostenibilidad biológica y la eficiencia económica de la pesca, pasando por alto otras, como su contribución a la eliminación del hambre y la malnutrición y a la mejora de los medios de sustento. La mayor parte de los expertos y autoridades en seguridad alimentaria ajenos al ámbito de la pesca de la región parecen desconocer esta realidad y por lo tanto ignoran el papel crítico de la pesca, en el día de hoy y el de mañana. Hasta ahora la pesca no era más que una nota al margen en los debates regionales. Numerosos programas nutricionales siguen sin conocer su importancia y sin reconocer y fomentar el potencial del pescado en la reducción de la deficiencia de micronutrientes.
Según el informe del estudio SmartFish de 2013, titulado “El pescado, ingrediente de la seguridad alimentaria”, por Kurien y López Ríos, esta falta de integración de la pesca en la arquitectura estratégica de la seguridad alimentaria se achaca a la escasa o nula participación de las autoridades nacionales de la pesca en el diseño de estas políticas. El pescado merece más presencia de la que tiene actualmente en las estrategias alimentarias, por su importancia en la canasta de alimento, sus notables propiedades nutritivas, la mayor eficiencia y menor huella de carbono de su producción cuando se comparan con otras modalidades de producción animal. Urge discutir los desafíos que se presentan: lograr que el pescado sea más asequible para las personas pobres, mejorar la sostenibilidad ambiental del sector, acceder al pescado y al empleo, resolver las tensiones entre la producción artesanal y la comercial, y lidiar con el cambio climático.
A pesar de la destacada contribución de la mujer a la pesca en pequeña escala y de su papel en la seguridad alimentaria, también ellas se enfrentan a numerosos escollos. Entre ellos, la falta de infraestructuras de almacenamiento, desde las zonas de desembarco hasta las fronteras; el acoso por parte de los aduaneros en las fronteras; la confiscación del pescado que se quiere exportar, por falta de la documentación necesaria, y la falta de un entorno propicio para que las transformadoras y vendedoras de pescado puedan venderlo al otro lado de una frontera, cuando es necesario cruzarla para poder acceder a los mercados formales de la región. Todos estos problemas deben tratarse como lo que son: prioritarios.
Tabla 1: Contribución del pescado a la seguridad alimentaria y la nutrición en los países de la SADC
País |
Contribución del pescado a la seguridad alimentaria y la nutrición |
Angola |
Consumo de pescado per cápita: 16 kg, equivalente al 8% de la ingesta total de proteínas y al 26% de la ingesta de proteínas animales |
Botsuana |
Consumo de pescado per cápita: 3 kg. Contribución del pescado a la ingesta total de proteínas y a la ingesta total de proteínas animales: 1 y 3% respectivamente, por debajo de la media regional |
República Democrática del Congo |
Consumo de pescado per cápita: 6 kg. Aunque la contribución del pescado a la ingesta total de proteína es baja (6%), supone el 39% de la ingesta de proteínas animales, una de las tasas más altas de la SADC |
Esuatini |
Consumo de pescado per cápita: 2 kg, alrededor del 1% de la ingesta total de proteínas y el 3% de la ingesta total de proteínas animales, por debajo de la media regional, continental y mundial. |
Lesoto |
Datos no disponibles |
Madagascar |
La producción per cápita, el consumo de pescado per cápita y la contribución del pescado a la ingesta total de proteínas están por debajo del promedio de la región, que no llega a los 5 kg. |
Malaui |
Consumo de pescado per cápita: 8 kg, que representa el 28% de la ingesta total de proteínas |
Mauricio |
Consumo de pescado per cápita: 23 kg, que representa 8% de la ingesta total de proteínas y el 17% de la ingesta total de proteínas animales |
Mozambique |
Consumo de pescado per cápita: 9 kg, que representa 40% de la ingesta total de proteínas animales y el 5% de la ingesta total de proteínas |
Namibia |
Consumo de pescado per cápita: 12 kg, que representa 5% de la ingesta total de proteínas y el 14% de la ingesta total de proteínas animales |
Seychelles |
Consumo de pescado per cápita: 59 kg, el más alto de la región SADC. Representa 22% de la ingesta total de proteínas y 48% de la ingesta total de proteínas animales |
Sudáfrica |
Consumo de pescado per cápita: 6 kg, por debajo de la media regional, continental y mundial. Representa 2% de la ingesta total de proteínas y el 5% de la ingesta total de proteínas animales |
Tanzania |
Consumo de pescado per cápita: 6 kg, que representa 4% de la ingesta total de proteínas y el 22% de la ingesta total de proteínas animales |
Zambia1 |
Consumo de pescado per cápita: 7 kg, que representa 4% de la ingesta total de proteínas y el 20% de la ingesta total de proteínas animales |
Zimbabue |
Consumo de pescado per cápita: 3 kg, que representa 2% de la ingesta total de proteínas y el 7% de la ingesta total de proteínas animales |
Fuente: El papel de la pesca en la seguridad alimentaria y nutritiva. Centro de Coordinación de la Investigación y el Desarrollo Agrícola de África Austral (CCARDESA) (2016)
Mujeres transformando pescado en la playa de Ngwalu, distrito de Salima, Malaui. Existe un vínculo estrecho entre seguridad alimentaria, buena nutrición y género. El acceso general de los ciudadanos al alimento depende en gran medida de en el trabajo de las mujeres rurales.
La cadena de valor de la pesca artesanal suele estar condicionada por circunstancias locales. Los barcos de pesca forman el primer eslabón de la cadena…
Más información
Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC)
http://www.fao.org/3/ca7343en/CA7343EN.pdf
Perspectivas regionales de seguridad alimentaria y nutrición para África 2019: limitar los estragos de la deceleración y la recesión económica sobre la seguridad alimentaria en África