Análisis
EN LAS ISLAS DEL SUR-OESTE DEL OCÉANO INDICO
Robert Fleurot
Desde el galawa(1) de Commores hasta el barco de Reunión, del modo de vida casi autárquico del pescador malgaches a la sociedad de consumo en la cual vive el pescador de Seychelles, hay una gran distancia cuyos extremos se unen en la pesca artesanal del sur-oeste del Océano Indico.
La gestión de los recursos y el mejoramiento de las técnicas de pesca, el crédito, los intermediarios, el aprovisionamiento, la comercialización, las coberturas sociales son problemas a los cuales se enfrentan los pescadores. En lugar de abordarse fatalmente, estos problemas se miran como un proceso de desarrollo, que permita investigar y mejorar el nivel y la calidad de vida de los pescadores, en pro de un progreso técnicoeconómico conducente a mejores condiciones de producción y comercialización. Esta voluntad de enfrentar los problemas principales del sector se concreta en la formación y acción de grupos, en los cuales sólo varían los modos de organización: sindicatos, asociaciones, cooperativas, etc.
Islas Commores y Madagascar
Con la crisis económica, en Commores y Madagascar creció el sector de la pesca artesanal que según estadísticas, agrupan el mayor número de pescadores de la región: 8000 en...
Análisis
EN LAS ISLAS DEL SUR-OESTE DEL OCÉANO INDICO
Robert Fleurot
Desde el galawa(1) de Commores hasta el barco de Reunión, del modo de vida casi autárquico del pescador malgaches a la sociedad de consumo en la cual vive el pescador de Seychelles, hay una gran distancia cuyos extremos se unen en la pesca artesanal del sur-oeste del Océano Indico.
La gestión de los recursos y el mejoramiento de las técnicas de pesca, el crédito, los intermediarios, el aprovisionamiento, la comercialización, las coberturas sociales son problemas a los cuales se enfrentan los pescadores. En lugar de abordarse fatalmente, estos problemas se miran como un proceso de desarrollo, que permita investigar y mejorar el nivel y la calidad de vida de los pescadores, en pro de un progreso técnicoeconómico conducente a mejores condiciones de producción y comercialización. Esta voluntad de enfrentar los problemas principales del sector se concreta en la formación y acción de grupos, en los cuales sólo varían los modos de organización: sindicatos, asociaciones, cooperativas, etc.
Islas Commores y Madagascar
Con la crisis económica, en Commores y Madagascar creció el sector de la pesca artesanal que según estadísticas, agrupan el mayor número de pescadores de la región: 8000 en las Commores y 52000 en Madagascar. Para estos dos países, la pesca no-comercial es muy importante dentro de la pesca, esta corresponde a un modo de vida cuasi-autárquco donde el dinero circula poco. Es interesante hacer notar que es el único país de la zona del sur-oeste del océano Indico en donde se practica la pesca en lagos.
Casi no existen asociaciones de pescadores en las islas Commores, sin embargo, en Madagascar, desde hace una quincena de años, se siente una voluntad de involucrarse en la vida asociativa. En las aftas mesetas, un sindicato muy activo dentro del mundo rural, agrupa un cierto número de pescadores. Sin embargo, su acción pareciera estar limitada geográficamente.
El desarrollo de la vida asociativa para la pesca costera está ligado al del Apostolado del Mar. En 1976, se creó en Tamatave la primera asociación de pescadores y trabajadores de la pesca. Desde entonces ésta no ha cesado su actividad y sigue agrupando un gran número de pescadores en Tamatave. Su principal objetivo es salvaguardar y promover los intereses de los pescadores y sus Tamilias. Esta asociación cuenta con las siguientes realizaciones dentro de su historia activa: mejoramiento de las técnicas de pesca, acceso a crédito que les permita convertirse en propietarios de sus instrumentos de trabajo, lanzamiento de un pequeño taller para mantención y reparación de motores, fondo de solidaridad, e inicio de un curso de navegación. La comercialización de las capturas se realiza a través de la organización de las mujeres de los pescadores las cuales, aparte de esta actividad económica, realiza acciones de promoción femenina.
Las experiencias asociativas en Tamatave servirán de estimulo y de ejemplo para otros puertos. Gracias a contactos establecidos con miembros de la asociación de los pescadores y trabajadores de la pesca de Tamatave, un proyecto original de desarrollo de la pesca artesanal vió la luz en 1984, en Antalaha, pequeño puerto de pesca de la costa noreste. Mediante el impulso de un animador, los alumnos de cursos superiores de una escuela crearon, con la ayuda de cuatro pescadores, una pre-cooperativa de pesca. En un período de dos años, dieciseis jóvenes malgaches en la Isla Mauricio aprendieron técnicas de pesca y de construcción de embarcaciones.
Con la ayuda del Apostolado del Mar, se lanzó en 1988 un barco- escuela en Tamatave que participa desde entonces en la formación de pescadores de Tamatave y toda la costa noreste.
Aunque la iniciativa surgió en Tamatave, hoy en día encontramos asociaciones de pescadores y de sus mujeres a lo largo de la costa noreste al igual que en Diego, Nossl-Bé y a Majunga.
Islas Seychelles
En Seychelles, donde el consumo de pescado por habitante es de 80 kg/año y donde el número de pescadores respecto de la población es relativamente Importante (1100 pescadores para un total de 65000 habitantes), no existe asociación que agrupe a los pescadores. Estos aún pueden canalizar su captura a través del “Consejo de Comercialización de las islas Seychelles” el cual, disponiendo de cámaras de frio, vende pescado principalmente a hoteles y exporta el exceso hacia los mercados europeos, de la isla Reunión y Mauricio. Con la restauración del muití-partidlsmo en la Isla, se podría esperar en un futuro no tan lejano que los pescadores de las islas Seychelles se vuelvan a la vida asociativa.
Isla Reunión y Mauricio
En la isla Reunion, desde 1971, y en la Isla Mauricio, desde 1968, los pescadores lanzaron respectivamente la “Asociación de Pescadores Artesanales de la isla Reunión” (APAR) y la “Asociación de Pescadores Profesionales de la Isla Mauricio” (APPIM); teniendo ambas asociaciones como horizonte la defensa y la promoción de los intereses de los pescadores.
En la isla Reunion, departamento francés de altar mar, el punto de partida de las acciones reivindicatrvas que favoreciendo la creación del APAR fue el descontento debido a las altas imposiciones que debían pagar los pescadores. Otro aspecto que genera preocupación son las cotizaciones sociales, a pesar de que cada cual quién reconoce un mejoramiento neto en el tema. En efecto, las subvenciones del Estado y de las colectividades locales han permitido aminorar considerablemente la parte a pagar por pescador.
Otras de las reivindicaciones más frecuentes de los pescadores artesanales giran alrededor de dos temas esenciales: la competencia desleal de pescadores deportivos y el permiso de conducir para embarcaciones motorizadas. En efecto, los pescadores deportivos -a menudo retirados o funcionarios- crean un mercado paralelo al vender sus capturas. A pesar de las numerosas acciones llevadas a cabo para frenar a esta situación, esta practica fraudulenta persiste. Por otro lado los pescadores de la isla tienen dificultades para aprobar el exámen del permiso de conductor para motores. Muchos de ellos, prácticamente analfabetos, reprueban el exámen teórico. Se acordó derogar el permiso de conducir a aquellos que tuvieran cìerta experiencia y aprobaran las pruebas práctica. Esta solución no abarca la mayoría de los casos de los pescadores jóvenes.
Además del APPAR, podemos enumerar otras cinco asociaciones que tienen como objetivo prioritario la defensa de los pescadores: la “Asociación de Mujeres de los Pescadores y Hombres del Mar” fundada en 1979, la “Asociación Profesional de Pescadores de la Isla Reunion” en 1980, el “Sindicato de Pescadores y Hombres del Mar de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo”, en 1981, el “Sindicato de Pescadores de la isla Reunion” en 1982 y la “Asociación de Ayuda y Solidaridad de los Pescadores y Hombres del Mar del Oeste” en 1983.
En el pasado hubo muy poca concertación entre estas diferentes asociaciones Con los años, algunas han disminuido considerablemente su actividad y ya ni siquiera realizan asambleas generales. Solamente dos de las organizaciones se mantienen relativamente activas. A pesar de ser reconocidas y consultadas por el Estado y por las colectividades locales, estas organizaciones muestran ciertas dificultades para movilizar sus bases; una de ellas experimenta actualmente el envejecimiento de sus cuadros dirigentes, siendo la mayoría pescadores retirados. Todas las tentativas de reagruparniento en cooperativa, ya sea para el aprovisionamiento o para la comercialización fracasan al primer obstáculo.
En Reunion, el Estado y las colectividades loca les invírtien en embarcaciones y en material nuevo. (La participación en esta actividad alcanza del 50 al 65%). Por otro lado, los pescadores se benefician comprando combustible exento de impuestos. Pese a toda la ayuda otorgada y a todo el interés aportados por los poderes públicos, la pesca artesanal atraviesa una crisis traducida en una baja en el número de embarcaciones (de 314 en 1980 a 241 en 1990) y de pescadores inscritos (de 487 en 1980 a 404 en 1990).
Un mar duro, una costa poco hospitalaria, la estrechez de las zonas de pesca y la falta de diversidad de los mecanismos de pesca contribuye a que la pesca artesanal de la isla Reunion atraviese por grandes dificultades de explotación y esté destinada a navegar en la marginalidad.
En tanto, mientras nace el APPAIM, en la Isla Mauricio se producían efectos como el desmantelamlento de los fondos de corales de las lagunas para la fabricación de la cal, la práctica cada vez más extendida del uso de la dinamita en la pesca, la utilización de redes locales ilegales, el desarrollo de la pesca submarina y la explotación de intermediarios que llevaron al Dr. A. Moal -experto internacional que vino a estudiar el sector pesquero en Isla Mauricio-, “los pescadores son la clase Justo arriba de los mendigos”.
Dentro de las primeras acciones del APPIM (1970-1971) se encuentran aquellas que llevaron al gobierno a revisar las leyes que reglan la pesca de ciertos recursos y a promulgar otras más severas, a fin de combatir más eficazmente el fraude y permitir la renovación de los recursos pesqueros. Otra serie de acciones (1975-1978) llevaron al retiro de los precios de venta del pescado fijados por el gobierno para luego liberarlos.
Con el curso de los años el espíritu rervindicativo y el grado de combatividad en las negociaciones de la Asociación se apaciguaron mientras que la organización de los servicios se consolidaban. Para enfrentar, por un lado las dificultades presentadas por los pescadores y para tener acceso al crédito para la compra y renovamlento de sus instrumentos de trabajo, y por otro, debido a la explotación de los intermediarios, el APPIM, junto con la ayuda del Instituto para el Desarrollo y el Progreso, lanzó desde 1976 proyectos que permitían a los pescadores liberarse de los intermediarios y mantener su independencia. Posteriormente, el APPIM montó una mutual para ayudar a las familias que fueran golpeadas por un duelo (1978), un plan de ahorro para la compra de instrumentos de trabajo (1981) y un pequeño servicio de aprovisionamiento (1988). A pesar de todo, el APPIM no agrupa más del 10 al 15% de los pescadores profesionales de la Isla Mauricio.
En los años 1976 y 1977, las cooperativas lograron entrar en el mundo de la pesca. Se construyeron dos “Casas de los Pescadores”, con una sala de reunión en cada uno, una cámara de frío y un pequeño taller para mantención de motores. Se lanzaron seis embarcaciones de 12 m de eslora. Los camiones isotérmicos permitían una comercialización moderna. Hacia los 80s, venía un barco-escuela a mejorar la formación de los pescadores. Hoy en dia, a los pescadores les interesan muy poco las cooperativas, las embarcaciones fueron vendidas a particulares, las “Casas de los Pescadores” son poco frecuentadas y el barco- escuela está casi inactivo. Las cooperativas se mantienen a duras penas gracias al monopolio que les permite comprar una cuota de recursos pelágicos que transbordan los barcos extranjeros que atracan en Port- Louis y su posterior comercialización.
Recientemente, en 1990, el gobierno mauriciano lanzó un “Plan de Ayuda y Apoyo a los Pescadores”. Este plan propone facilidades para la compra de motores exenta de impuestos, redes, chalecos salvavidas, asignación familiar durante los períodos de malas condiciones climáticas, intro-ducción de nuevas técnicas de pesca (como los dispositivos de concentración del pescado), un seguro de vida, facilidades para el crédito, becas de estudio para los hijos, un plan de pensión y un fondo de desarrollo para mantener los proyectos en el sector. Para controlar la ejecución de las diferentes medidas tomadas y asegurar su continuación se constituyó un comité permanente que agrupa a funcionarios oficiales de distintos ministerios, miembros del APPIM y de las sociedades cooperativas, y representantes del Banco del Desarrollo. El plan fue más allá de las reivindicaciones expresadas en los diferentes memorandums hechos llegar al Ministerio de la Pesca.
El contexto en el cual nacieron los sindicatos, las asociaciones y las cooperativas en las islas del sur-oeste del océano Indico ha evolucionado bastante, mientras que la manera de vivir la vida asociativa pareciera no cambiar, sino que empeorar. Una cosa es cierta: no puede haber un verdadero desarrollo de la pesca artesanal sin la participación activa de las asociaciones de los pescadores. Existe urgencia por reencontrar un nuevo aliento, de acuerdo a las actuales condiciones: “para vino nuevo, odres nuevos”.
(1) piroga