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SAMUDRA Report

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0973-1148
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julio
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2005
issue no:41
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Documento / PACONUODM-6
El modelo ideal
Aquí sigue el texto de la intervención del ICSF-CIAPA en la sexta reunión del proceso abierto de consultas oficiosas de las Naciones Unidas sobre los océanos y el derecho del mar I. Introducción
Esta presentación se realizó en el grupo de discusión A sobre las pesquerías y su contribución al desarrollo sostenible durante la sexta reunión del proceso abierto de consultas oficiosas de las Naciones Unidas sobre los océanos y el derecho del mar (PACONUODM) del 6 al 10 de junio de 2005 en Nueva York
Las pesquerías constituyen una importante fuente de empleo, ingresos y alimentos. En concreto, las pesquerías y la acuicultura a pequeña escala son esenciales para el desarrollo sostenible de las comunidades costeras en muchas partes del mundo. La pesca es la fuente de proteínas animales más barata y abundante en muchos países pobres. Especialmente en frica y en Asia, en las zonas costeras con un índice de pluviosidad muy reducido, tierras de cultivo deterioradas y condiciones de sequía las pesquerías suponen una importante fuente de sustento. El sector pesquero, si bien en primera instancia depende del trabajo masculino en las pesquerías de captura, también proporciona empleo a un gran número de mujeres que en la...
Documento / PACONUODM-6
El modelo ideal
Aquí sigue el texto de la intervención del ICSF-CIAPA en la sexta reunión del proceso abierto de consultas oficiosas de las Naciones Unidas sobre los océanos y el derecho del mar I. Introducción
Esta presentación se realizó en el grupo de discusión A sobre las pesquerías y su contribución al desarrollo sostenible durante la sexta reunión del proceso abierto de consultas oficiosas de las Naciones Unidas sobre los océanos y el derecho del mar (PACONUODM) del 6 al 10 de junio de 2005 en Nueva York
Las pesquerías constituyen una importante fuente de empleo, ingresos y alimentos. En concreto, las pesquerías y la acuicultura a pequeña escala son esenciales para el desarrollo sostenible de las comunidades costeras en muchas partes del mundo. La pesca es la fuente de proteínas animales más barata y abundante en muchos países pobres. Especialmente en frica y en Asia, en las zonas costeras con un índice de pluviosidad muy reducido, tierras de cultivo deterioradas y condiciones de sequía las pesquerías suponen una importante fuente de sustento. El sector pesquero, si bien en primera instancia depende del trabajo masculino en las pesquerías de captura, también proporciona empleo a un gran número de mujeres que en la costa pescan, recolectan moluscos, trabajan en la acuicultura o llevan a cabo actividades de procesado y comercialización de pescado. El sector sustenta además otros sectores adyacentes y crea indirectamente todavía más empleo.
La pesca es igualmente una significativa fuente de mercancías para el comercio, más importante que la agricultura en ciertos países en desarrollo. La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) estima que los beneficios netos derivados de la exportación de productos pesqueros en los países en desarrollo están muy por encima de los correspondientes a productos agrícolas tales como el arroz, el café y el té.
Esta estimación se corrobora sobre todo en los países menos avanzados. En el año 2003, las exportaciones de pescado y productos pesqueros supusieron el 14%, el 22% y el 25% de las exportaciones totales de mercancías de Uganda, Madagascar y Senegal. Los beneficios brutos de la pesca después de una marea suelen calcularse a partir del precio de la primera venta de las capturas. Así, el comercio de pescado y de productos pesqueros determina el valor monetario de las partes que se reparten entre el capital y el trabajo. El sistema de remuneración a la parte que predomina en las pesquerías garantiza una mejor equidad, sobre todo en las pesquerías a pequeña escala, y fomenta el desarrollo sostenible.
II. Contribución de las pesquerías a pequeña escala al desarrollo sostenible El 95% de la población mundial de pescadores se ubica en Asia, frica y Latinoamérica. El 75% de ellos trabajan en el subsector artesanal y a pequeña escala. El mayor número de pescadores y de trabajadores de la acuicultura se concentran en Asia (alrededor del 87% del total mundial). Igualmente, el subsector a pequeña escala representa el 50% de las capturas mundiales y contribuye sustancialmente al bienestar económico de las comunidades costeras más pobres de Asia, frica y Latinoamérica y de los pequeños países insulares en desarrollo.
Si bien el subsector a pequeña escala se considera la fuente de empleo de último recurso en algunos países, en concreto en los afectados por sequías como es el caso de Senegal, en otros países como China y Vietnam ofrece una profesión no exenta de atractivo que reporta mayores ingresos que otras actividades económicas del mundo rural como la agricultura o la producción láctea. Sin embargo, el sector pesquero es sumamente vulnerable, mucho más que otros sectores, a catástrofes naturales. Así lo hizo patente el devastador tsunami del océano ndico del 26 de diciembre de 2004.
4. III. Medidas para mejorar la contribución de las pesquerías al desarrollo sostenible. Es evidente que las pesquerías y la acuicultura artesanales y a pequeña escala favorecen el desarrollo sostenible, como puede comprobarse en las economías costeras con exceso de mano de obra. Sostienen a las comunidades costeras y a los pueblos originarios cuyos medios de sustento, calidad de vida y cultura dependen de los ecosistemas acuáticos. Las siguientes medidas podrían intensificar la aportación de las pesquerías, especialmente las artesanales y a pequeña escala, al desarrollo sostenible:
(i) Reconocimiento del modelo de las pesquerías a pequeña escala en toda la ZEE En primer lugar, es fundamental reconocer y valorar el papel de la pesca artesanal y a pequeña escala selectivas en el uso sostenible de los recursos pesqueros en toda la zona económica exclusiva. Tradicionalmente, las pesquerías artesanales y a pequeña escala se circunscribían a las aguas costeras y abastecían más que nada el mercado nacional. Con la motorización de la flota y los nuevos instrumentos de navegación algunos pesqueros han ampliado su zona de operaciones adentrándose en las aguas de altura para capturar túnidos y otras especies altamente migratorias y exportar después su producción. Son capturas que raramente se reflejan en las estadísticas oficiales.
Los Estados deberían tener en cuenta el principio de la «subsidiariedad proporcional a la escala», según el cual los pesqueros de mayor tamaño pueden tomar las riendas de una pesquería únicamente después de que se haya agotado la posibilidad de emplear pesqueros de menor tamaño en toda la gama de distribución de la especie objetivo, siempre con la debida consideración a la seguridad de las operaciones pesqueras y de las condiciones laborales de los marineros.
7. (ii) Protección de los caladeros tradicionales de los pescadores a pequeña escala En segundo lugar, al mismo tiempo que se abre el acceso a toda la ZEE de las pesquerías artesanales y a pequeña escala, es esencial reconocer los derechos de los trabajadores de la pesca artesanal y a pequeña escala recogidos en la Agenda 21 a utilizar sosteniblemente sus caladeros tradicionales y a protegerlos.
El Código para la Pesca Responsable de la FAO de 1995 señala que los Estados deberían defender los derechos de pescadores y trabajadores de la pesca de subsistencia, artesanal y a pequeña escala a un medio de sustento seguro y justo otorgándoles un acceso preferencial a sus caladeros y recursos tradicionales en las aguas sujetas a la jurisdicción nacional. Estos caladeros son el pilar de su medio de sustento y debe evitarse su deterioro.
A fin de proteger la pesca y los campos de cultivo tradicionales de las comunidades costeras resulta esencial mitigar los efectos de toda forma de contaminación costera y marina: de la reconversión indiscriminada de los humedales en piscifactorías, en detrimento de la pesca a pequeña escala y de la acuicultura responsable; de la construcción de presas en los ríos que transforman el régimen de salinidad de las aguas costeras, y de la deforestación de los manglares y de los cauces elevados de los ríos.
Del mismo modo, es fundamental evitar el desplazamiento de los pescadores artesanales y a pequeña escala de sus caladeros debido a la exploración y explotación de petróleo. Es igualmente importante proteger su acceso a los caladeros ante el impacto de urbanizaciones turísticas y explotaciones acuícolas.
A la hora de declarar áreas marinas protegidas (AMP) en zonas costeras y poner en marcha proyectos de conservación de tortugas, cabe considerar programas abiertos a la participación de las comunidades pesqueras de la costa, de modo que sus derechos de acceso a los caladeros se protejan adecuadamente. Estas comunidades deberían contemplarse como aliadas en la conservación de la biodiversidad costera marina.
Un reciente seminario, Pesquerías y medios de sustento sostenibles en Latinoamérica, organizado conjuntamente por el Colectivo Internacional de Apoyo al Pescador Artesanal y CeDePesca con la colaboración de la FAO en Santa Clara, Argentina, del 1 al 4 de marzo de 2005, congregó a organizaciones de pescadores y a ONG de siete países de Latinoamérica y concluyó con un llamamiento «para el establecimiento de una zona en las costas de Latinoamérica reservada al uso exclusivo de los trabajadores de la pesca artesanal, de comunidades costeras y de pueblos originarios» en la que se prohíban técnicas pesqueras destructivas como el arrastre. Todos los países que cuentan con una población numerosa de pescadores artesanales y a pequeña escala deberían plantearse el establecimiento de una zona protectora de características similares.
10. (iii) Introducción de medidas de gestión para las pesquerías a pequeña escala En tercer lugar, los instrumentos modernos de gestión pesquera deberían establecer relaciones de sinergia con los sistemas de conocimiento tradicional de las comunidades pesqueras a fin de desarrollar regímenes de gestión pesquera eficaces que garanticen la sostenibilidad a largo plazo de las pesquerías. Esta necesidad enfatiza la importancia de desarrollar capacidades de supervisión, control y vigilancia (en inglés MCS) para poder gestionar las pesquerías a pequeña escala. En este contexto, las medidas de rehabilitación dirigidas a las víctimas del tsunami gracias a las generosas aportaciones de la comunidad internacional a las Naciones Unidas y a sus diversos organismos deberían comprender un fuerte componente de gestión y capacitación para que se puedan introducir medidas eficaces de gestión pesquera en los países del océano ndico.
Una de las consideraciones importantes de cara a la eficacia de la gestión pesquera consiste en la introducción de regímenes de acceso limitado con el objeto de crear una comunidad de patrones-armadores en las pesquerías artesanales y a pequeña escala. En estos regímenes los derechos de propiedad son de titularidad conjunta—por grupos de un tamaño conveniente—y transferibles, siempre que no se propicie la concentración de la propiedad y la atomización de la comunidad de patrones-armadores. Estas iniciativas pueden arrancar como regímenes de cogestión en los que las autoridades competentes y las organizaciones de pescadores (asociaciones cooperativas, sindicatos, etc.) colaboran para aplicar las medidas estipuladas de gestión, incluyendo las de MCS. En una fase posterior la reglamentación puede transferirse al nivel más básico y ser el producto de sistemas definidos por las comunidades.
A la hora de proponer regímenes de acceso limitado, medidas de cogestión o de gestión basada en las comunidades, siempre debe respetarse el principio de pluralidad para que los regímenes de gestión sean sensibles a la diversidad de las pesquerías y de las culturas pesqueras. Además, en las pesquerías a pequeña escala con exceso de mano de obra, debe evitarse la adopción de instrumentos de gestión como las cuotas individuales transferibles puesto que pueden acarrear la concentración de la propiedad, suscitar nuevos conflictos sociales en muchos países en desarrollo y, de esta suerte, menoscabar el desarrollo sostenible de las comunidades pesqueras de la costa.
13. (iv) Eliminación de las barreras arancelarias y no arancelarias al comercio de productos pesqueros En cuarto lugar, la apertura de las fronteras de las ZEE a las pesquerías a pequeña escala y la protección de las zonas costeras contra la contaminación y la sobrepesca puede que basten para dar cabida a todos aquellos que buscan empleo y un medio de sustento en las pesquerías a pequeña escala en las economías que adolecen de un mayor excedente de mano de obra. En este contexto, el valor añadido puede revestir una gran importancia. La eliminación de las barreras arancelarias y no arancelarias, incluyendo los contingentes, las crestas y la progresividad arancelarias, podrían favorecer el desarrollo sostenible de las comunidades costeras al permitir la creación de más empleo, especialmente femenino, en el sector de transformación.
Las normas de inocuidad de los alimentos y la protección de la vida animal en el comercio internacional no tendrían que ser principios absolutos, sino que deberían permitir que los países fijen normas equivalentes dentro de sus marcos legales ya establecidos que les permitan cumplir los requisitos exigidos con una interrelación óptima de coste y eficacia. En este punto, una vez más debería reconocerse que existe más de un medio para conseguir el mismo objetivo y que los países industrializados no deberían imponer sus normas a los países en desarrollo. Efectivamente, deben invertirse más esfuerzos para asegurar que el objetivo último del comercio de pescado y de productos pesqueros se enfoque hacia el desarrollo humano de las comunidades costeras.
14. (v) Reconocimiento del papel de las subvenciones en el desarrollo sostenible En quinto lugar, la asistencia financiera de los gobiernos a sus sectores pesqueros dirigida a, por ejemplo, introducir medidas de gestión más eficaces, mejorar la cualificación de los pescadores, introducir normas de inocuidad de los alimentos y normas medioambientales y mejorar la seguridad de las operaciones pesqueras deberían contemplarse como subvenciones favorecedoras del desarrollo sostenible. De ahí que merezcan un trato positivo en las negociaciones sobre subvenciones a la pesca de la Organización Mundial del Comercio. Además, en la ausencia de una gestión pesquera eficaz, el comercio de pescado y de productos pesqueros podría tener consecuencias desastrosas para la sostenibilidad a largo plazo de los recursos pesqueros, incluso en las pesquerías a pequeña escala.
15. (vi) Introducción de regímenes de reparto de los beneficios para las comunidades a pequeña escala En sexto lugar, la adopción de un régimen de reparto de beneficios al amparo del Convenio de la Diversidad Biológica para las comunidades pesqueras tradicionales podría mitigar su vulnerabilidad ligada a su dependencia de los recursos pesqueros. Actualmente se es mucho más consciente del flujo de beneficios que pueden derivarse del sabio uso de recursos marinos vivos de la costa tales como los ecosistemas de arrecifes de coral, especialmente en lo referente al conocimiento tradicional de las comunidades costeras sobre las propiedades terapéuticas de recursos marinos vivos que revisten un interés comercial para las industrias farmacéutica y cosmética.
16. (vii) Facilitación del movimiento transfronterizo de los pescadores En séptimo lugar, en el caso de pesquerías a pequeña escala de los países en desarrollo con un claro excedente de mano de obra, las naciones industrializadas deberían contribuir a aliviar la presión demográfica sobre los caladeros permitiendo la migración temporal de este excedente hacia sus pesquerías que requieran marineros.
El informe de la FAO El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2004 (SOFIA 2004) observa que el empleo en la pesca se ha ido reduciendo en los últimos años, especialmente en Japón y en los países europeos. Igualmente, según el mismo informe la pesca ya no es una profesión atractiva para las generaciones más jóvenes de los países industrializados. La mano de obra en las pesquerías de las economías más desarrolladas está compuesta por personas de edad avanzada. Por ejemplo, en Japón la mitad de los pescadores tenían 60 o más años en 2002.
En los últimos tiempos se ha constatado el enrolamiento ilegal de numerosos trabajadores de países pobres en pesqueros de países industrializados o de desarrollo avanzado. Ello explica las terribles condiciones de trabajo que predominan a bordo de estos barcos. El proceso de legalización de estas prácticas de enrolamiento podría fomentar el desarrollo de las economías pesqueras más afectadas por el exceso de mano de obra. Paralelamente, propiciaría en las pesquerías de acogida la transición de un modelo productivo basado en grandes inversiones, rendimiento laboral y tecnologías pesqueras dependientes de subvenciones a otro modelo más intensivo en mano de obra y basado en tecnologías pesqueras no tan onerosas.
(viii) Reconocimiento de la importancia de aplicar un marco coherente de gestión Para finalizar, cabe señalar que el reto que representa avanzar hacia la pesca responsable radica en cómo desarrollar y aplicar un marco coherente de gestión que abarque todo el abanico de operaciones pesqueras que discurren en la ZEE, que sea participatorio y prevea consultas y que tenga en cuenta las dimensiones medioambiental, ecológica, social y económica de la pesca, de los recursos pesqueros y los hábitats de peces. Otro reto, quizá mayor, radica en abordar eficazmente las amenazas que se ciernen sobre la sostenibilidad de la pesca y que parten de factores no pesqueros, muy presentes en la realidad de numerosos países. En este contexto, se precisan mecanismos transversales para poder aplicar medidas eficaces de gestión pesquera y de protección del hábitat. Así, las pesquerías sostenibles requieren regímenes de gestión verticales y horizontales.
En conclusión, la pesca a pequeña escala emplea artes selectivos y es menos dañina para los ecosistemas marinos que la pesca a gran escala. Ello se debe a que suele utilizar menores cantidades de artes (y en mayor diversidad) de pesca que son pasivos y selectivos y se adaptan a los recursos pesqueros disponibles cada temporada. Teniendo en cuenta el potencial de la pesca a pequeña escala de cara a la sostenibilidad a largo plazo de los recursos pesqueros y a la mejor protección de los hábitats de peces, así como su contribución fundamental al empleo, ingresos y seguridad alimentaria, la Asamblea General debería refrendar su carácter de sector vital que contribuye al desarrollo sostenible de las comunidades pesqueras y a la aplicación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sobre todo en lo que se refiere a la erradicación de la pobreza extrema y del hambre y a la sostenibilidad del medio ambiente. De ahí que la Asamblea General deba definir la pesca a pequeña escala como el modelo ideal de pesca en toda la ZEE dentro del marco de las pesquerías sostenibles y responsables.