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SAMUDRA Report

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0973-1148
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novembre
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2004
issue no:39
Análisis / SEGURIDAD ALIMENTARIA
Alimento derivado de peces y de animales silvestres
Entre las crisis de sobrepesca y de carne de caza en frica Occidental se pueden trazar varios paralelos, especialmente en lo que concierne a la seguridad alimentaria y a los medios de sustento
Ian Watson (fishiwatson@aol.com), consultor pesquero independiente residente en Gran Bretaña y miembro del NRgroup (http://www.theNRgroup.net), es el autor de este artículo
La mayoría de los lectores de sobras conocerán la crisis que afecta a las pesquerías mundiales y el papel de las Naciones Unidas (ONU) en la solución de los problemas que acarrea. En cambio, quizá no sepan que la ONU ha advertido sobre el posible advenimiento de una crisis de «carne de caza» que amenazaría la seguridad alimentaria de comunidades que habitan en zonas selváticas y la supervivencia de las especies silvestres objetivo. La intensidad de la caza de animales silvestres en los trópicos a fin de consumir su carne supone un problema cada vez más preocupante a nivel internacional. En amplias zonas tropicales, especialmente en frica, hoy en día se observa la caza masiva y descontrolada de animales silvestres para el consumo humano. En estas áreas los elevados índices de capturas pueden representar un...
Análisis / SEGURIDAD ALIMENTARIA
Alimento derivado de peces y de animales silvestres
Entre las crisis de sobrepesca y de carne de caza en frica Occidental se pueden trazar varios paralelos, especialmente en lo que concierne a la seguridad alimentaria y a los medios de sustento
Ian Watson (fishiwatson@aol.com), consultor pesquero independiente residente en Gran Bretaña y miembro del NRgroup (http://www.theNRgroup.net), es el autor de este artículo
La mayoría de los lectores de sobras conocerán la crisis que afecta a las pesquerías mundiales y el papel de las Naciones Unidas (ONU) en la solución de los problemas que acarrea. En cambio, quizá no sepan que la ONU ha advertido sobre el posible advenimiento de una crisis de «carne de caza» que amenazaría la seguridad alimentaria de comunidades que habitan en zonas selváticas y la supervivencia de las especies silvestres objetivo. La intensidad de la caza de animales silvestres en los trópicos a fin de consumir su carne supone un problema cada vez más preocupante a nivel internacional. En amplias zonas tropicales, especialmente en frica, hoy en día se observa la caza masiva y descontrolada de animales silvestres para el consumo humano. En estas áreas los elevados índices de capturas pueden representar un mayor peligro para la sostenibilidad de la vida silvestre que la transformación de los hábitats.
El Instituto de Desarrollo Internacional (ODI), con sede en Londres, está llevando a cabo un proyecto a fin de investigar las dimensiones humanas y sociales de la caza de animales silvestres para el consumo humano en selvas tropicales.
A diferencia de la mayor parte de estudios hasta ahora realizados, centrados en los efectos ecológicos de este tipo de caza y en su impacto en la biodiversidad, el proyecto del ODI se propone ampliar sustancialmente el concepto de carne de caza confiriéndole una dimensión añadida ligada a la seguridad de los medios de sustento de personas muy pobres, con frecuencia habitantes de países subdesarrollados. Se espera que gracias a un mejor conocimiento de las dimensiones humanas y sociales de la carne de caza se puedan esbozar nuevas soluciones para su crisis. El presente artículo se basa en la aportación del autor al proyecto del ODI y en su experiencia de las crisis que afectan a las pesquerías y a la carne de caza. Asimismo, recoge información consultada en el sitio web del ODI (http://www.odibushmeat.org/wild_policy_briefs.htm).
La contribución fundamental del pescado a la seguridad alimentaria de los hogares de frica Occidental está bien documentada. El pescado es una fuente básica de proteínas de consumo habitual y a menudo para familias con bajos niveles de renta constituye la única fuente asequible de éstos y de otros nutrientes esenciales. Además, la pesca proporciona un medio de sustento a millones de personas que capturan, transforman, transportan y venden el pescado. Otras tantas personas dependen económicamente de las pesquerías debido a su trabajo en sectores adyacentes como la construcción de barcos, la confección de redes, la instalación y reparación de motores, etc.
La contribución de la carne de caza a la seguridad alimentaria no se conoce con tanto detalle. Existen pocos casos de estudio o estadísticas bien documentadas sobre la materia. Aun así, puede afirmarse que la carne de caza es una pieza clave para la seguridad alimentaria de los hogares, ya sea como fuente de alimento o de ingresos.
Desde siempre la carne de caza ha constituido uno de los pilares de los medios de sustento de los habitantes de selvas tropicales y sabanas. Con cada vez mayor frecuencia, en áreas rurales, la carne de caza no sólo constituye una fuente esencial de proteína animal, sino que también se erige en la piedra angular de los medios de sustento locales al procurar dinero en efectivo mediante su venta a comerciantes y consumidores. Gran parte de las comunidades se dedica a la caza. Así, un estudio efectuado en las selvas congolesas estableció que alrededor del 50% de los hogares obtenían ingresos gracias a la venta de carne de caza. Al mismo tiempo, esta carne se consume en gran parte de los hogares cerca de selvas y en áreas más alejadas.
Red de seguridad
Al igual que sucede con las pesquerías, en épocas de escasez la carne de caza procura una red de seguridad para los más pobres. Por lo tanto, es garantía de seguridad alimentaria. Asimismo, suele comercializarse a través de una «cadena de minoristas», de modo que proporciona un sustento no sólo a los cazadores y a sus familias, sino también a muchas otras personas: comerciantes la mayor parte de las veces mujeres que viajan a zonas de caza y venden después la carne secada en mercados urbanos.
Otro paralelo que puede establecerse con las pesquerías consiste en la distinción que suele hacerse entre la caza de animales silvestres con fines de subsistencia y la caza con fines comerciales. En la práctica, muchos cazadores suelen combinar los fines de subsistencia con los comerciales, en función de las especies que consiguen cazar en cada ocasión. Las más grandes, de mayor valor, se venden, mientras que las más pequeñas se destinan al consumo familiar.
Si bien los estudios sobre la caza de animales silvestres destacan la aniquilación de especies en peligro de extinción como los gorilas, lo cierto es que la mayor parte de carne de caza proviene de especies pequeñas y comunes de mamíferos y de aves, algunas de ellas dañinas para los cultivos. Al igual que el pescado, la carne de caza se ahúma y seca, lo que permite conservarla durante más tiempo para consumirla en casa o venderla en un radio más amplio. Una gran proporción de carne de caza se come en pequeños bares especializados en platos de carne. Pese a la carencia de datos precisos sobre el consumo de carne de caza, la Tabla núm. 1 puede dar una idea de su importancia en comparación con el pescado y otros tipos más convencionales de carne.
El impacto negativo de las actividades pesqueras del litoral de frica Occidental en los recursos pesqueros y sus efectos en cadena para los sectores artesanales ubicados en tierra de transformación y comercialización de pescado se han constatado repetidas veces. De igual modo, se sabe que la caza de animales silvestres también ejerce un impacto considerable en las poblaciones de algunas especies. Está visto que tanto los estudios sobre la pesca como los estudios sobre la caza se suelen limitar a cuestiones relacionadas con las pesquerías y con la caza de animales respectivamente, con lo que será difícil que se detecten posibles interacciones. Los efectos de la pesca en los recursos pesqueros y los efectos de la caza en la conservación de algunas poblaciones de mamíferos han sido el objeto de numerosos estudios. Sin embargo, los efectos más amplios de ambas actividades apenas se han analizado. Así sucede con el impacto de la sobrepesca en una cuestión de mayor alcance como es la seguridad alimentaria en frica Occidental y con la incidencia de los suministros de pescado en la demanda de otras proteínas. En consecuencia, cuando se vinculó la sobrepesca causada por la flota pesquera de la Unión Europea (UE) con la mayor demanda de carne de caza, uno de los principales obstáculos consistió en la escasez de datos con los que corroborar esta hipótesis.
Seguridad alimentaria
Dada la importancia del pescado y de la carne de caza para la seguridad alimentaria, sería lógico suponer que la alteración del suministro de pescado puede influir en la demanda de carne de caza y al revés. Si es así, ¿cómo funciona esta interacción y, antes que nada, cuáles pueden ser las causas de la reducción de los suministros?
La sobrepesca y sus efectos en frica Occidental se han descrito ampliamente. La pesca artesanal desempeña un papel fundamental en la región, en el suministro de pescado barato especies pelágicas pequeñas a los mercados locales y en la captura de especies demersales de mayor valor destinadas a la exportación. El agotamiento de los recursos ha exacerbado la competencia entre las varias flotas a gran escala nacionales y extranjeras por los caladeros, los recursos y los mercados (local y de exportación). Además, la exportación acapara una proporción cada vez mayor de las capturas artesanales debilitando así el abastecimiento local de pescado.
La sobrepesca y el agotamiento de los recursos se deben tanto a las actividades pesqueras a gran escala como a pequeña escala. Aun así, está claro que las principales responsables son las flotas extranjeras que, según diversas fuentes, representan más del 60% de las capturas de pescado de frica Occidental. En concreto, la flota de la UE que faena al amparo de acuerdos de licencias pesqueras (ALP) y de otros acuerdos, ha sido el blanco de numerosas críticas por sobrepasar las cuotas que tenía asignadas y pescar ilegalmente, unas prácticas difícilmente demostrables. Sin embargo, los buques pesqueros que faenan al amparo de ALP pueden resultar beneficiosos para la seguridad alimentaria gracias al desembarco y comercialización local de sus capturas de pequeños pelágicos y sus capturas accesorias.
En realidad, los países de frica Occidental son grandes importadores de pequeños pelágicos de la UE. Las importaciones, tanto en términos de valor como de volumen, son muy considerables y alcanzan cientos de miles de toneladas al año. En gran parte, proceden de los superarrastreros de la UE que faenan en las aguas de frica Occidental. Lamentablemente, los datos correspondientes a las capturas de las flotas de gran altura que faenan en frica Occidental son, más que otra cosa, fruto de la especulación. Igualmente, es muy difícil dar con datos exactos, contrastados, sobre los pescadores artesanales que migran constantemente a lo largo de la costa o sobre las flotas industriales que operan al amparo de ALP o en la forma de empresas mixtas, chartering, etc. En el caso de los pescadores artesanales, que suelen desembarcar sus capturas en lugares aislados, alejados de centros urbanos, llevar un registro general es una tarea casi imposible. En el de las flotas de gran altura, la veracidad de los datos de captura que declaran despierta muchas dudas. Finalmente, en el peor caso, en el de los buques con pabellón de conveniencia que pescan ilegalmente, no se sabe ni lo que capturan ni dónde faenan.
Puede resultar muy cómodo atribuir a los buques de la UE los peores excesos de las flotas de gran altura. No obstante, puede que tales acusaciones carezcan de fundamento. Sin lugar a dudas, la flota de la UE ha contribuido a la disminución de los recursos pesqueros de las aguas de frica Occidental. Así y todo, a pesar de todos los males que conllevan, son flotas que funcionan con una mínima transparencia, aun cuando algunas veces las capturas que declaran se perciban con escepticismo. Con respecto a la carne de caza, la flota de la UE puede resultar beneficiosa: sus capturas en frica Occidental aportan unas 700.000 t de pescado anuales a los suministros de frica Central. Claro que, como muchos apuntarían aquí, lo deseable sería que las citadas capturas procedieran de flotas pesqueras de los propios Estados ribereños de frica Occidental.
Valga el ejemplo del golfo de Guinea, donde la flota de la UE supone una proporción relativamente pequeña de las capturas declaradas. Sus principales especies objetivo son especies demersales, de cefalópodos y crustáceos que no suelen consumirse en frica Occidental debido a su elevado precio. Al mismo tiempo, captura accesoriamente grandes cantidades de pescado de poco valor con un impacto hasta ahora no evaluado. No obstante, cabe añadir que una proporción cada vez mayor de estas capturas accesorias acaba en los mercados locales ya sea directa o indirectamente. Por otra parte, los Estados de frica Occidental también capturan grandes cantidades de pelágicos para abastecer sus mercados locales. El impacto relativo y la trascendencia real de estas actividades o de las actividades de la flota de superarrastreros de la UE con respecto a recursos clave de especies pelágicas todavía no se han establecido.
Pesca ilegal
La pesca ilegal practicada por buques no registrados con pabellón de conveniencia confiere aún más confusión al panorama. Estos buques constituyen la verdadera incógnita de la ecuación por su propia idiosincrasia: no declaran capturas y es muy difícil evaluar su impacto en los recursos pesqueros y en la seguridad alimentaria. Un informe hace poco publicado por Greenpeace arroja luz sobre el problema de la pesca ilegal. Indudablemente, el nivel de explotación de algunos recursos pesqueros del golfo de Guinea está lejos de ser sostenible. Lo difícil es determinar quién es el culpable de la situación.
Allende el sector pesquero, apenas se conocen los efectos que la sobrepesca tiene en la seguridad alimentaria y lo que reviste mayor importancia los caminos por los que dichos efectos discurren. Tenemos información sobre el impacto de la sobrepesca en los suministros de pescado a procesadores artesanales y a pequeños comerciantes; pero la información existente sobre los efectos más amplios de la sobrepesca en la seguridad alimentaria es mucho más escasa. ¿Qué hacen los pescadores cuando en el mar no hay suficientes peces? Y si los procesadores artesanales no tienen pescado suficiente, o si el pescado va muy caro, ¿qué alternativas de ingresos tienen a su alcance? Finalmente, si los consumidores no pueden encontrar pescado en el mercado, o si su precio es demasiado alto, ¿qué alimentos alternativos pueden adquirir? Esta pregunta no tiene una respuesta unívoca puesto que las preferencias de alimentos varían enormemente dentro de un solo país y mucho más dentro de una región entera.
Para comprar alimentos la gente va al mercado. Puede ir con una idea preconcebida o esperar a ver lo que hay para después elegir. Algunas veces habrá solamente carne de caza; otras, pescado o pollo, cabrito, carne de vacuno o judías. El problema es que no disponemos de información suficiente sobre por qué el consumidor elige uno u otro producto en un momento determinado. Se puede suponer que la disponibilidad, el precio y la calidad son factores que determinan la elección; no obstante, sabemos muy poco sobre la importancia que reviste cada uno de ellos y en qué se basa. Incluso con esta falta de información sería lógico deducir que si no hay pescado o el que hay cuesta demasiado el consumidor recurrirá a una fuente de proteínas alternativa. Hay muy pocos datos con los que apoyar esta suposición. Sin embargo, esta cuestión se investiga actualmente en Nigeria y Ghana, de modo que dentro de poco será posible hacerse una idea más clara de las relaciones de interacción y competencia que se establecen entre varias fuentes de proteínas. Es probable que la principal interacción se produzca en el mercado. En mercados situados lejos del mar, dentro del continente, es habitual que al lado de la carne de caza se venda pescado de mar seco y ahumado. Hoy por hoy la mejora de infraestructuras en frica Occidental equivale a conseguir transportar por carretera pescado congelado para cubrir un área mucho mayor y alcanzar zonas en las que los suministros de pescado han sido hasta ahora una rareza. En este caso, la mejora del suministro de pescado en zonas continentales podría tener un efecto beneficioso en los animales silvestres, ya que supondría una fuente alternativa de proteínas fácilmente accesible. Por supuesto, ello depende de los motivos que empujan al consumidor a decantarse por el pescado, la carne de caza u otras carnes. Hasta que no los conozcamos, no podremos estar seguros de las interacciones que puede haber entre el suministro de pescado y la demanda de carne de caza. Hoy por hoy es difícil imaginar que no haya interacciones y competencia entre estas dos fuentes de proteínas tan importantes. Lo que todavía está por determinar es su funcionamiento.
Estudios realizados en Ghana han revelado una fuerte interrelación en el tiempo entre el suministro per cápita de pescado y la biomasa de especies objetivo de la caza. En años en los que el suministro per cápita de pescado ha sido reducido, la biomasa de especies objetivo de la caza solía ser igualmente reducida, lo que dejaba entrever una explotación más intensa. Además, se constató que en algunos mercados los suministros de carne de caza incrementaban justo cuando los suministros de pescado eran menores. Sería erróneo deducir una relación directa de causa y efecto entre los dos tipos de proteínas, pero sí que se puede percibir una cierta interrelación, por más que las demandas de pescado y de carne de caza obedezcan a otros muchos factores.
Otros datos indican que en años en los que los recursos pesqueros del golfo de Guinea son menores, la caza de animales silvestres suele aumentar. Posiblemente, no se trate aquí de un simple efecto ligado a la oferta. Al menos en parte, la carne de caza sustituye el pescado como consecuencia del descenso de oportunidades laborales en la pesca y en las actividades posteriores a la captura en años cuando los recursos son más escasos. Si no pueden ganarse la vida en las pesquerías, los trabajadores de la pesca deciden cazar animales silvestres y vender su carne para conseguir ingresos alternativos. Igualmente, se observa una tendencia cada vez más marcada de criar animales silvestres para obtener alimento e ingresos.
Acuerdos pesqueros
Una de las soluciones que se han planteado para solucionar el problema de sobrepesca en frica Occidental es la repatriación de los buques pesqueros de la UE y la rescisión de los acuerdos pesqueros suscritos con la Unión. Sin embargo, difícilmente se remediarían así todos los problemas que encaran las pesquerías de frica Occidental, ni se contribuiría a la conservación de animales silvestres. Además, la eliminación del esfuerzo pesquero ligado a la flota de la UE no reportaría necesariamente la reducción del esfuerzo pesquero total.
En virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), los Estados ribereños están obligados a poner a la disposición de otras naciones sus recursos pesqueros excedentes. Así, las oportunidades de pesca ahora aprovechadas por la flota de la UE con su partida simplemente se adjudicarían a otras flotas. Si éstas fueran flotas de países de frica Occidental, el cambio beneficiaría la seguridad alimentaria de la región y generaría una mayor actividad económica que la derivada de las capturas que las flotas de gran altura se llevan de la zona. Ello siempre que las capturas de las flotas locales no se desvíen hacia la exportación. Habida cuenta de que la demanda de los mercados de exportación continúa siendo elevada, es muy probable que los acuerdos pesqueros se reemplacen con empresas mixtas o mecanismos similares destinados a asegurar un suministro constante a los países importadores. Si las oportunidades de pesca liberadas se readjudicaran a otras flotas de gran altura, menos responsables, el cambio tendría consecuencias negativas.
De estas opciones la que presenta más ventajas para la conservación de los animales silvestres es la opción según la cual los Estados ribereños aprovechan ellos mismos el máximo de sus oportunidades de pesca y desembarcan y comercializan el pescado dentro de la región. Si las infraestructuras de frica Occidental se continúan desarrollando, se puede prever que el pescado continuará abriéndose nuevos mercados en zonas continentales alejadas de la costa y que los suministros a estos mercados irán al alza. Todavía no se sabe a ciencia cierta si esta tendencia contribuiría a suavizar la demanda de carne de caza. Aun así, debería ser motivo para que aquellos interesados en la conservación de los animales silvestres dirijan su mirada hacia al mar y no la concentren únicamente en la selva. En cuanto al papel que podrían desempeñar otros tipos de carne como el pollo congelado, éste es otro campo que merece ser estudiado en profundidad.
Tabla 1: La importancia relativa del pescado y de la carne de caza en los suministros de alimentos de frica Occidental
País |
Suministros de carne de caza1 |
Suministros de carne2 |
Suministros de pescado2 |
Camerún |
233 963 |
225 000 |
125 000 |
República Centroafricana |
48 821 |
96 000 |
15 000 |
R.D. de Congo1 |
665 972 |
238 000 |
298 000 |
República de Congo |
189 234 |
45 000 |
50 000 |
Guinea Ecuatorial-Equatorial Guinea1 |
2 937 |
n/a |
7 007 |
Gabon |
49 069 |
55 122 |
59 405 |
Todos los datos se dan en tone ladas al año Suministro = producción total + importaciones – exportaciones
1 Fuente: Fa et al. 2003
2 Fuente: FAOSTAT http://apps.fao.org/ Extraído de las bases de datos correspondientes a 2001 sobre balance alimentario y pesca.
n/a Datos no disponibles